- El alcalde mediático

El todavía alcalde de Totana se vino para Murcia con su “dream team” de abogados y en plan estrella rutilante del firmamento político, lejos de su esperpéntico boniatismo militante, dio una rueda de prensa para intentar detener los continuos meneos que la prensa regional le está sacudiendo por su protagonismo en la ”operación Tótem”, de la que quiere escabullirse como sea por la puerta de atrás.

El personaje persigue con desespero permanecer al pairo en el proceloso mar del escándalo urbanístico que han guisado en Totana los dos últimos chefs de cocina y alcaldes del pepé, lo que les ha llevado a sendos despliegues tácticos para ir pasando de puntillas por esta vergonzosa situación. En los últimos pasos, a uno de ellos –al ex- le ha dado por acogerse a los beneficios de una presunta depresión, matando así tres pájaros de un tiro: no ir a trabajar a la Asamblea Regional y ahorrarse el trago de vérselas con los colegas que se curran sus dietas y sus honorarios, mantener su acta de diputado con sus patentes de corso y seguir cobrando la viruta que pagamos todos sin darle a una chapa.

Y al otro, al todavía alcalde para la eternidad, por ese desmedido afán de salir en la foto, montar ruedas de prensa y decir que le dejen trabajar porque tiene un proyecto para Totana que es la releche. Un auténtico genio de alcalde, oiga, el que nos ha tocado en suerte en el pueblo, con cerca de cuatro años que tardó, siendo concejal, en construir una rotonda, casi tantas veces destruida y vuelta a montar como Jerusalén, que si por él fuera o fuese Totana sería Ladrillolandía, y “el pueblo que me quiere”, que es como su “rock de la cárcel”, que este alcalde es, con mis respetos a “la Faraona” una especie de Lola Flores de la política.

Yo creo que el alcalde más famoso y más chungo de España (¡ahí es nada un ex-presidiario gobernando un pueblo en la España democrática!) se equivocó al citar a los medios en un hotel de la capital cuando podía haberlo hecho en su pueblo, por ejemplo, en la Venta de la Rata, ofreciendo al personal de la canallesca conejo con tomate, patatas asadas y cascaruja a pajera abierta, con “Los Charrasqueados” animando el cotarro, una representación con algunos miles de entusiastas –según la policía local- de la plataforma por el santo nombre de nuestro pueblo interpretando habaneras y -¿por qué no?- algunos nazarenos (con un par de ”armaos”), a ver si nos dan de una vez la declaración de Fiesta de Interés Turístico. Ha perdido una ocasión para suavizar los rigores y promocionar a su sufrido pueblo que vive en ascuas por ver ese gran proyecto económico que su primera autoridad dice haber parido en sus soledades carcelarias y que a buen seguro nos va a sacar de tanta miseria por culpa de tanto rojo que anda suelto por esta España una, grande y libre.

La conclusión de los chicos de la prensa es que, en palabras del encausado, los trapicheos del alcalde Morales “los conocía media región”, él incluido, pero el señor Martínez, don José, no cobraba para decirlo ni a sus superiores ni a sus inferiores, así que “a mí que me registren, que a mi me apoyan altos cargos del pepé”, aunque el señor Valcárcel, don Ramón Luis, en un continuo “vade retro, Pepe”, no le llama ni por la línea gratuita. Pero –siempre según la canallesca- el alcalde, tras sus dos meses de ejercicios espirituales, viene y le endilga a la jueza un documento acusador para sacudirse las sospechas pero que ella ya tenía “repe”.

Hablando de medios, los televisivos de Totana, tan impuestos ellos en pluralidad y democracia informativa, vienen y le endilga a la informadísima audiencia y videncia totanera la rueda de prensa de nuestro baranda en Murcia pero, presten atención, sin las preguntas de los periodistas porque, claro, eso no interesa, que aquí sólo vale lo que diga don José, inexplicablemente todavía alcalde, y donde, por lo visto, aquí sólo es delito poner el cazo, en este supuesto con toda la batería de cocina.

Y así le luce el pelo a este pueblo cada día más gris, más anodino, más apático y más penoso en cuestiones de opinión pública y cultura cívica. ¡Sursum corda!
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- ¡¡¡Se callen!!!

He leído las lamentaciones de Juan Francisco Otálora (artículo La opción del silencio), que recomienda a sus concejales mantener la boca cerrada en los plenos del Ayuntamiento de Totana, teniendo en cuenta el “ambiente democrático” que crea el equipo gobernante, con el indigno alcalde (sic) a la cabeza, etc., etc. A fuer de sinceros, siento no poca tristeza al contemplar a la izquierda manteniendo posturas numantinas sin pasar a otras acciones de mayor frescura sociológica frente a esta pandilla gobernante que tiene a su jefe de filas en calidad de ciudadano de prestado, seguramente con fecha de caducidad, en estos momentos mucho más cercano de la delincuencia que de su beatificación política e incluso religiosa.

Lo que está sucediendo en mi pueblo demuestra hasta qué punto la sociedad de hoy (en este caso, buena parte de la sociedad totanera) se ha acomodado a una curiosa teoría donde el delito se torna en compadreo y hasta en buenos sentimientos, haciendo que un alcalde que debería estar castigado y sancionado por una opinión pública como Dios manda (los jueces ya sentenciarán en su día), continúe ostentando un cargo que avergüenza a la institución, campe por sus respetos con una carga de caradurismo, permítaseme el palabro, que hace aguas por todas partes.

Bien mirado, esto de responder con el silencio es una forma muy gráfica y hasta elocuente de posicionarse ante estos plenos barriobajeros y de carácter vengativo que tradicionalmente vienen montando estos chicos desde que su jefe dejó de estar a la sombra. Pero no es, ni mucho menos, todo lo que se puede hacer en semejante situación.

Amigo Juan Francisco: tuve el gusto de brindarme para hacer tu presentación en la pasada campaña electoral. Y lo volvería a hacer, convencido de que serías un magnífico alcalde que Totana habría sabido valorar por cuestiones muy alejadas de las que ahora tratan de mantener a un alcalde indigno (como así lo denominas, y con mucha razón) cuyo empecinamiento va parejo con el que hace gala un buen número de paisanos que lo apoyan (incondicional e inconcebiblemente), y que Dios los perdone cuando tenga un rato de desocupo.

Sin embargo, Juan Francisco, como jefe y portavoz de tu grupo municipal no estás dando la talla de oposición frente a estos fundamentalistas de la política local que, siendo benévolos, se merecen un serio cascaretazo. Tu actitud de cerrar la boca es como ponerle una puerta al campo. Ya me dirás. A mi juicio, no es esa la respuesta que se merecen estos muchachos que actúan de acólitos en las ceremonias y ritos municipales desde los añorados tiempos del alcalde Morales, ¡oh, aquellos felices y dorados años de legislatura de paellas donde el equipo de gobierno hacia de pinches en la plaza de la Balsa Vieja bajo el lema “una cucharada de arroz, un voto”, y “el mecanismo, tira p’alante”, como cantaba el inolvidable Carlos Cano, que en gloria esté y a ver si desde allí nos sigue mandando alguna de sus canciones.

El ¡¡¡se callen!!! como respuesta no me parece lo más acertado en la situación que estáis malviviendo en Totana, ese pueblo que siempre ha proclamado no querer saber nada de política, pero que no tuvo inconveniente en asaltar el Ayuntamiento y hasta amenazar y comprometer físicamente a un alcalde de tu partido, cuando estos chicos estaban en la oposición sin parar de instigar y hostigar para que el pueblo soberano se alzara en un dos de mayo totanero contra el rojo invasor que osaba subir los impuestos ¡nada menos que al pueblo de Totana!, tan noblote y tan meloso. Sólo que les faltaba un Goya para inmortalizarlo, aunque Goya, de andar por estos andurriales, estoy seguro, no se habría prestado al juego de esta gentualla.

En mi anterior artículo invitaba a la oposición a iniciar una huelga de asistencia a plenos, reuniones y hasta para tomarse un helado juntos con el partido gobernante de fondo. Y hoy nos sale Otálora con “¡a callarse!” como terapia de oposición y dignidad manifiesta de grupo municipal, así que no me queda más remedio que remitirme a mi artículo “Oposición y huelga

y recordarle a la izquierda que están en la santa obligación de hacer todo lo posible para : echar a la calle a ese alcalde indigno; llevar a la reflexión de la opinión pública de Totana la gravedad de lo que se está tolerando y apoyando, y : hacer cuanto esté en la mano de los grupos de oposición para denunciar a los quince vientos que circulan por España la bochornosa situación del Ayuntamiento de Totana, con un excarcelado a la cabeza, pendiente de la nota final.

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