- ¡¡¡Se callen!!!

He leído las lamentaciones de Juan Francisco Otálora (artículo La opción del silencio), que recomienda a sus concejales mantener la boca cerrada en los plenos del Ayuntamiento de Totana, teniendo en cuenta el “ambiente democrático” que crea el equipo gobernante, con el indigno alcalde (sic) a la cabeza, etc., etc. A fuer de sinceros, siento no poca tristeza al contemplar a la izquierda manteniendo posturas numantinas sin pasar a otras acciones de mayor frescura sociológica frente a esta pandilla gobernante que tiene a su jefe de filas en calidad de ciudadano de prestado, seguramente con fecha de caducidad, en estos momentos mucho más cercano de la delincuencia que de su beatificación política e incluso religiosa.

Lo que está sucediendo en mi pueblo demuestra hasta qué punto la sociedad de hoy (en este caso, buena parte de la sociedad totanera) se ha acomodado a una curiosa teoría donde el delito se torna en compadreo y hasta en buenos sentimientos, haciendo que un alcalde que debería estar castigado y sancionado por una opinión pública como Dios manda (los jueces ya sentenciarán en su día), continúe ostentando un cargo que avergüenza a la institución, campe por sus respetos con una carga de caradurismo, permítaseme el palabro, que hace aguas por todas partes.

Bien mirado, esto de responder con el silencio es una forma muy gráfica y hasta elocuente de posicionarse ante estos plenos barriobajeros y de carácter vengativo que tradicionalmente vienen montando estos chicos desde que su jefe dejó de estar a la sombra. Pero no es, ni mucho menos, todo lo que se puede hacer en semejante situación.

Amigo Juan Francisco: tuve el gusto de brindarme para hacer tu presentación en la pasada campaña electoral. Y lo volvería a hacer, convencido de que serías un magnífico alcalde que Totana habría sabido valorar por cuestiones muy alejadas de las que ahora tratan de mantener a un alcalde indigno (como así lo denominas, y con mucha razón) cuyo empecinamiento va parejo con el que hace gala un buen número de paisanos que lo apoyan (incondicional e inconcebiblemente), y que Dios los perdone cuando tenga un rato de desocupo.

Sin embargo, Juan Francisco, como jefe y portavoz de tu grupo municipal no estás dando la talla de oposición frente a estos fundamentalistas de la política local que, siendo benévolos, se merecen un serio cascaretazo. Tu actitud de cerrar la boca es como ponerle una puerta al campo. Ya me dirás. A mi juicio, no es esa la respuesta que se merecen estos muchachos que actúan de acólitos en las ceremonias y ritos municipales desde los añorados tiempos del alcalde Morales, ¡oh, aquellos felices y dorados años de legislatura de paellas donde el equipo de gobierno hacia de pinches en la plaza de la Balsa Vieja bajo el lema “una cucharada de arroz, un voto”, y “el mecanismo, tira p’alante”, como cantaba el inolvidable Carlos Cano, que en gloria esté y a ver si desde allí nos sigue mandando alguna de sus canciones.

El ¡¡¡se callen!!! como respuesta no me parece lo más acertado en la situación que estáis malviviendo en Totana, ese pueblo que siempre ha proclamado no querer saber nada de política, pero que no tuvo inconveniente en asaltar el Ayuntamiento y hasta amenazar y comprometer físicamente a un alcalde de tu partido, cuando estos chicos estaban en la oposición sin parar de instigar y hostigar para que el pueblo soberano se alzara en un dos de mayo totanero contra el rojo invasor que osaba subir los impuestos ¡nada menos que al pueblo de Totana!, tan noblote y tan meloso. Sólo que les faltaba un Goya para inmortalizarlo, aunque Goya, de andar por estos andurriales, estoy seguro, no se habría prestado al juego de esta gentualla.

En mi anterior artículo invitaba a la oposición a iniciar una huelga de asistencia a plenos, reuniones y hasta para tomarse un helado juntos con el partido gobernante de fondo. Y hoy nos sale Otálora con “¡a callarse!” como terapia de oposición y dignidad manifiesta de grupo municipal, así que no me queda más remedio que remitirme a mi artículo “Oposición y huelga

y recordarle a la izquierda que están en la santa obligación de hacer todo lo posible para : echar a la calle a ese alcalde indigno; llevar a la reflexión de la opinión pública de Totana la gravedad de lo que se está tolerando y apoyando, y : hacer cuanto esté en la mano de los grupos de oposición para denunciar a los quince vientos que circulan por España la bochornosa situación del Ayuntamiento de Totana, con un excarcelado a la cabeza, pendiente de la nota final.

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Ginés: el silencio del Grupo Municipal Socialista es una actitud crítica en los Plenos presididos por un alcalde indigno, como digo. Pero de ningún modo se trata de pasar a una postura de resignación, ni de resistencia pasiva. Vamos a hablar, claro que vamos a hablar... pero no como cabestros en su plaza y con sus normas y con sus excesos; no con el son que esta gente quiera tocarnos, no. El ritmo de nuestras denuncias no lo van a marcar ellos y contando siempre con las diez de últimas, y con los medios (no todos pero casi) haciéndoles el juego, no. Vamos a denunciar lo que está pasando, y lo vamos a hacer a todos los vientos, para que el que quiera y pueda no esparza por todos lados. Si sigues nuestras intervenciones verás que no estamos mordiéndonos la lengua, pero vamos a denunciar donde queramos y lo que queramos, no ante la camarilla y con su viento de frente.

Anónimo dijo...

Estimado Ginés, he de decirte que no tiene hartura en practicar la "noble profesión" de Al Capone, presionar para intentar eliminar al que les estorba; este ha sido mi caso, presionando a mi empresa para que hable conmigo para que no siga instigando al señorito valverde, amenazando con no "comprar" nada. Pero no me rendiré, no nos rendiremos.
Pero el color púrpura que está tomando esta situación no es grato para nadie.
Ya dijo mi admirado Ché Guevara: "más vale morir de pié, que vivir eternamente arrodillado"; sirva como declaraciónde intenciones al señorito valverde.
Basora.
Salud.

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