- COHETES



Un derroche de esclavejíos de cohetes que ni a la mismísima santa Eulalia, lo más grande que tienen los totaneros, le han dedicado sus amantísimos hijos sumando todos los de estos últimos diez años, a cargo del pesebre, la clientela y los estómagos agradecidos del alcalde Andreo (todavía), celebrando la buena nueva, ¡aleluya!, de que el hasta ocho veces imputado había sido exculpado del delito de cohecho por no ser suficientes las pruebas, que no quiere decir que no las hubiera. Con esto quedaba establecido el resultado algo deshonroso de 7-1, pese a los cohetes (¿por qué no una traca en la plaza de la Balsa Vieja y una cabalgata con majorettes y la Biblia en verso?) y los programas de festejos que a buen seguro nos aguardan.

¿Qué quieren que les diga? A un servidor lo que más le alegra de todo esto es que los planes de Andreo y Morales, con un tufo a corrupción urbanística

que te dan náuseas, no hayan salido adelante y el Plan General de Ordenación Urbana de Totana esté bajo sospecha y devuelto a los corrales en espera de ser purificado, y que los susodichos, a ser posible, no hayan podido llevarse ni una perra. En cuanto a la sentencia de cohecho, me quedo con las conversaciones telefónicas del sumario, que demuestran, al menos, las buenas ganas de cobrar las comisiones de marras, dicho sea con permiso de sus señorías y el santo regocijo que invade a este personal de traca.

A los que no comulgamos con la corrupción nos queda la imagen de quien dijo aquello de “que no se entere ni Dios (ya se sabe: estos alcaldes de derechas, siempre tan católicos) ni nuestras mujeres…” (para evitarles sobresaltos innecesarios, digo yo) ….. O sea, que la vocación de tirar de comisión, como la de su colega Morales, era tan clara como el agua del cielo, que aquí, tires por donde tires, todo huele a religión.

Este oscuro alcalde tiene vena mesiánica y pretende cubrir con su rústico verbo su palmaria mediocridad. Días atrás la providencia me concedió la suerte de escucharle por la radio estas palabras: “Yo tengo el mejor proyecto político para Totana”. No se me cortó la digestión porque ya la había hecho, aunque creo que se me ha quedado pendiente. A este tópico de declaración de elemento tan grisáceo he de decir dos cosas. Una: el proyecto político de Andreo, como el de Morales, era, ni más ni menos, que poner el destino de Tolana en manos de especuladores del suelo a cambio de viruta en forma de ¡a la rica comisión! y dinero fresco para el Ayuntamiento por la vía de convenios urbanísticos (el gran invento del gobierno de Valcárcel para enladrillar la Región de Murcia, y ahora, a final de año, se avergüenza de algunos alcaldes) para tirar cohetes, hacer rotondas para enterrar decenas de miles de euros, comprar botafumeiros e incensar el pueblo y el Ayuntamiento, funcionarios incluidos, hacer hermanamientos que dan risa pero que proporcionan viajes, dar subvenciones al pesebre incondicional y suponemos que alguna que otra cosa decente, faltaría más.

Y dos: yo creo que el referido se equivocó en sus declaraciones y donde dijo “proyecto político” (que ni sabe lo que es ni se ha juntado con quien lo sepa) debía haber dicho “proyecto económico”, a tenor de sus conversaciones telefónicas sobre las santas comisiones de su devoción.

La derecha de mi pueblo, como es tan lista y tan juiciosa, ya ha empezado a decir que como el alcalde no se ha llevado las perras aquí no ha pasado nada, que le devuelvan los dos meses de cárcel, el rosario de mi madre, los videos del Canal5, los papeles de Interviú y posiblemente hasta los artículos del arriba firmante, pues ahora hay que servir el roscón de Inocentes, que vamos a ir todos para el Guinness de los récords, sobre todo mi pueblo, donde cada vez hay más catetos y menos hipotenusos. Menos mal que nuestro alcalde no era el novio de la Pantoja, que de serlo habría salido en la salsa, en los guisos y en vaya usted a saber dónde, cuando y cómo, y encima cobrando y contándonos sus cuitas carcelarias.

¿Recuerdan el juicio de Galileo Galilei? Ocurrió en 1633 frente a la Inquisición, ante la que sostenía el sabio pìsano que la tierra era la que giraba alrededor del sol, cosa que la Iglesia penaba con la hoguera. Para no morir achicharrado tuvo que retractarse públicamente, pero entonces volvió la cabeza (como en el teatro hacen los actores para decir algo por lo bajini, mirando al público) y dijo aquello tan famoso de “E pur si muove” (“Y sin embargo se mueve”). Permítanme este paralelismo pero se me ocurre como colofón a tanto cohete dentro de este bochornoso asunto de la “Operación Tótem”, que ha hecho tristemente famoso a mi pueblo. Y, mientras tanto, los cohetes surcan el cielo de Totana festejando no se sabe qué.
¡Felices Pascuas!

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