- La pandilla

Sin duda alguna, el Ayuntamiento de Totana está gobernado por una pandilla al frente de un iluminado por el espíritu santo, pero con minúscula. Una pandilla que vuelve la espalda a hechos tan serios como que el alcalde que aderezó el guiso del Plan General de Ordenación Urbana para servir a la carta a mandarines nacionales y regionales del ladrillo, con la ayuda de algunos pinches de cocina que hoy siguen con el nuevo cocinero, otro que tal guisa, haya tenido que rascarse los bolsillos y reunir la tontería de 200-000 euros 200-000 por presuntas irregularidades en torno a lo que el pasado viernes, a la traicionera hora de las 8.00 de la mañana /esto es, con “mañanidad” y alevosía) aprobaban sus componentes en un acto todo lo legal que ustedes quieran pero también bochornoso, irresponsable y hasta irreverente.

Una pandilla que, teniendo al frente a un excarcelado (que también se rascó el bolsillo para poder salir a la calle) se permite presumir de que han “conseguido 10.000 votos de apoyo” (¡cuanta inocencia y desfachatez!) y eso les da derecho a abochornar a su pueblo, a sus gentes, a la democracia, a la justicia y al sentido común.

Una pandilla que cuando dejen de pertenecer a ella volverán al pelotón y posiblemente sean señalados con algún dedo por haber formado parte de los que se aferraron a un asunto tan feo, tan sucio, tan oscuro y tan denigrante que cuesta trabajo pensar que haya sacerdotes que recen a favor del delito, ciudadanos que se manifiesten y aplaudan hechos tan graves que han merecido una temporada de cárcel no prolongada en ambos casos por haber soltado la pasta salvadora, como así contemplan nuestras leyes, leyes que son aplaudidas en estos casos por los mismos que denuestan las que conducen a los infractores a la cárcel, así de sencillo y contradictorio.

Una pandilla que anda jugando con el porvenir de Totana, poniendo en manos de los que les importa un pimiento el equilibrio del futuro para nuestro pueblo la posibilidad de cubrir de cemento parajes de campo, sierra y donde haya que llevar las excavadoras, engañando al personal con pan para hoy y hambre para mañana.

Una pandilla que piensan que la mayoría absoluta es hacer lo que les venga en gana, aunque las manzanas están bastante podridas y es muy probable que se les indigeste a más de uno, empezando por los “ilustrísimos señores” alcaldes, sobre todo el que tenemos en ejercicio, un caso nacional de caradura política que pasará a la historia, a esa triste historia de Totana, que ha empezado a escribirse con esta pandilla.

Una pandilla, en fin, que sitúa a Totana en una posición bochornosa por el ridículo que estamos protagonizando desde que se destapó la “operación Tótem” que no ha dejado de expandir sus efluvios por un pueblo que no se merece tanto fundamentalismo político, tanta ignorancia, tanta irresponsabilidad y tanta osadía por parte de esta pandilla gobernante.

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