- Totana, medios de comunicación y poder municipal

Totana, aparte de distinguirse por ser un pueblo con tradición centenaria de cantar habaneras, contar con un alcalde que se mueve entre lo variopinto y lo surrealista, y suspirar desde la municipalidad por ostentar el record Guiness de roscón de Reyes más largo de España (lo que no es cierto ya que ni tiene forma de rosca ni se da en Reyes sino en el día de Inocentes, para más coña rosquera), entre otras cosas, destaca por ser un escenario donde en los últimos años se ha desarrollado un buen número de medios de comunicación. De este modo, ahora contamos con 4 cadenas de TV, 2 periódicos (se contaron hasta 3 semanarios durante algunos años) y 2 emisoras de radio, a lo que hay que sumar una media docena de webs, entre ellas la que cobija estos artículos, últimamente atacada por la tecnología del fundamentalismo derechón.

Pero lo peculiar de esta nómina de soportes no es su número, siendo en sí importante, sino una característica que los peina a todos –exceptuando dos portales muy conocidos- con la misma raya: o son uña y carne con el partido gobernante y actúan de botafumeiro, aunque no sea año santo, o los hay que no tributan ideología pero que en el fondo son como de casa, ya que sobre ellos pende la amenaza de ver retirada la mezquina “subvención” o la publicidad, cuando no un boicot –como ya sucedió en la antepasada legislatura- y la amenaza de desmantelar las instalaciones, ya que, al no tener licencia, queda en las intenciones de los señores gobernantes mandar al extrarradio a un comando municipal y desmantelar la antena, y “las reclamaciones al maestro armero”.

Basta poner el oído o la vista donde hay que ponerlos para darse uno cuenta del triste panorama que se enseñorea de los medios de información totaneros. Sean papel u ondas hertzianas los medios desconocen absolutamente el ejercicio de la crítica, presentando las noticias desde una visión plana y pontifical, rozando, como sucede en estos casos, con la deshonestidad informativa, algo muy peculiar y que también vemos en la prensa de la capital, sólo que aquí se nota más puesto que los intereses aumentan de peso.

Los sucesos que finalizaron con el encarcelamiento del alcalde de Totana –todavía en el sillón para general vergüenza de la gente con ciertas delicadezas- no han tenido la respuesta que cabría esperar en una sociedad libre y plural por parte de estos medios, que se han limitado a dar cuenta de lo sucedido o a magnificar al heroico alcalde, “repartidor de favores por el pueblo”, según sus exégetas o panegíricos en circulación.

Resulta curioso observar el concepto que los responsables de estos medios tienen de la información, y sobre todo de la información en libertad. Con un suministro informativo que en un altísimo porcentaje procede del gabinete de prensa del Ayuntamiento, prensa y radio totaneras se cuecen y se sirven desde el partido gobernante, así que ya me contarán el tono, el color y el aire de esta información en esta coyuntura, que sólo se ve alterada con alguna columna de algún lector desesperado y al borde de un ataque de nervios de la izquierda.

Nuestros medios de comunicación están asistiendo a su propio sepelio en vida, pues el aliento y el precio de su existencia son palmarios. La amenaza velada existe y así poca rectitud informativa se puede ejercer. Lástima que a los que trajinan en el juego de esta sutil amenaza sólo se les pueda echar con los votos, ya que, indirectamente, el panorama político de mi pueblo se ha consolidado en la protección de estos gobernantes de vía estrecha por la mayor parte de mis paisanos.

Uno, que tiene en su haber muchas correrías, compromisos, ilusiones y vivencias escritas en la lucha por la libertad de expresión en la época franquista, un orgullo de mis años mozos en Madrid, ve con no poca tristeza cómo a esa profesión tan digna que se llama periodismo llegan, por el camino más corto, personas que entienden el asunto como un negocio en una sola dirección: la que le pueda llevar a las mejores relaciones con el poder, que responde amoroso y conforme, molestando lo menos posible y haciendo de gran caja de resonancia de los acontecimientos, eso sí, vistos desde una sola perspectiva. Hablando de perspectivas, parece oportuno citar las dos fundamentales en el arte pictórico: la geométrica o lineal del primer Renacimiento y la aérea de Leonardo da Vinci. Yo me quedo con la segunda, que era mucho más dialéctica, sugerente y libre de interpretación. Un cursillo rápido de esta cuestión tan interesante no les vendría mal a nuestros políticos de sillón y a sus medios bajo control.

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